Laia y yo (Dani) somos una pareja joven que al poco de conocernos decidimos realizar una buena acción, adoptar nuestro primer perro. Así llegó Ziva a nuestra vida en 2015. Ziva junto a sus herman@s eran el típico caso de camada de cachorros abandonada a su suerte, en este caso en el sur de España. 

Ziva, medio bodeguero medio podenco

Ziva, junto a sus herman@s, llegó a la protectora de Caldes de Montbui (Barcelona) y allí fue donde nos encandiló. De todos los que eran ella era la más retraída, se quedó en segundo plano mientras los demás se abalanzaban sobre la valla al vernos. Tenía miedo, era muy temerosa. Su corazón le pedía acercarse como sus herman@s, pero su cabeza no la dejaba. Estaba claro que estaba traumatizada por lo que le había tocado vivir. 

No pudimos pasar de ella. No con esa carita y esa mirada. Sabíamos que tod@s sus hermanos iban a encontrar su sitio, pero que a ella le iba a costar más. Así que la adoptamos con unos 4-5 meses. Al ser un perro adoptado nunca sabes la edad exacta.  

Mucho ha llovido ya desde entonces y aun le cuesta hacerse con la gente que no conoce. Los niñ@s con patinetes es lo que peor lleva. Por lo demás es una auténtica bala pérdida. Mimosa como ella sola. Cabra loca y mandona como ella sola.  

Por todo ello a veces la llamamos Ziva, su nombre original. Ziveto cuando esta puñetera y no atiende a razones. Y Loca del coño cuando arranca a correr en el jardín como alma que lleva el diablo y se te acerca gruñendo y enseñando piñata como si fuera una piraña. 

Nut, medio galgo medio caballo

En 2017, después de unas vacaciones por el Norte de Italia, la inspiración vino a vernos entre helados y semifredos (que buenos estaban) y decidimos que podíamos ayudar a otro perro más a la vez que Ziva podría tener otro referente canino con el que intentar mejorar sus traumas. 

La idea era que el perro que teníamos que adoptar debía ser muy sociable, tanto con perros cómo con la gente para reforzar a Ziva en ese aspecto. Y así llegamos hasta nuestra galgo o caballo percherón. Nut es todo un huevo kinder en cuanto a su edad. Cuando la llevamos al veterinario por primera vez nos dijo que, atendiendo a sus articulaciones debía tener 7 o 8 años. Pero la verdad es que la vitalidad que desprendía no era propia de su edad. 

Nut la adoptamos en Galgos112. En su anterior vida había estado en un criadero de Burgos sin hacer otra cosa que traer galguetes al mundo. Cuando llegó a casa todo era un descubrimiento para ella. Sentarse en vez de estar de pie o tumbada. Su propio ladrido. De repente se encontró todo un mundo que desconocía cuando estuvo encerrada. 

Nut es un cacho de pan. Se deja hacer de todo. Siempre está detrás de la gente para que la acaricien. No tiene problema con nadie y se va con todo el mundo. Se ha apropiado de un sofá en casa y se pasa el día chafándolo. Y le vuelve loca salir a la calle a descubrir cosas nuevas. Desde que está con nosotros hemos visto como Ziva ha mejorado mucho en su desconfianza hacía terceros. 

Nut también se llama Nuti a veces, cuándo la muy cerda mete el narigo en la bolsa de basura o cuando se pone pesada dándote hocicazos bajo el brazo para que le hagas caso. Y su tercer nombre es Jueves, porque siempre está en medio y es como un tráiler cruzado en medio de la autopista. No domina sus dimensiones y siempre tienes que ir rodeándola por el pasillo. 

Y aquí estamos todos los que somos. Dos humanos y dos perros compartiendo vida.